Cesar Urbano Taylor: Las Mercedes, sinónimo de urbanismo

Proyectada inicialmente por los Eraso, propietarios de la Hacienda Las Mercedes, como zona residencial de pocos comercios (aunque con el primer súper mercado de la Ciudad) en la década de los 40 y ubicada entonces en lo que eran las adyacencias de Caracas; en los 70 mostró sus primeros signos de comercialización masiva para, en las últimas dos décadas, transformarse en el centro corporativo, gastronómico y de entretenimiento con mayor diversidad comercial en la Capital.

  En uno de nuestros artículos realizamos un breve análisis de las cualidades de ésta importante área, esbozando una tímida visión del lugar como “nuevo centro de la Ciudad” y expresando nuestra admiración por la explosión de modernas edificaciones que nacen como soberbios centros de negocios, multiplicándose por doquier como nunca antes.

  Recibimos luego múltiples y antagónicas inquietudes relativas a la visión que muchos profesionales tienen acerca de la indetenible modernización de Las Mercedes; puesto que la perspectiva conservadora, como expresión del respeto solemne por los logros que nos han consolidado como Sociedad en todos los ámbitos, se contrapone a la posición progresista, que propugna una nueva dimensión en el aprovechamiento del espacio, la aplicación del diseño y el desplazamiento del pasado; por lo cual, su fundamento, podría considerarse como invasivo, irreverente e incluso salvaje.

  La Evolución del Hombre, sus acuerdos y luchas; sus avances y retrocesos y en general su pugna por conquistar, ha estado atrapada en este dualismo material responsable de tantos triunfos, como injusticias en la Historia.

  De tal manera, lo que para algunos es construcción, avance, fortuna, ascenso y porvenir; para otros se trata de demolición, menoscabo e irrespeto por los autores de nuestro presente. A ese extremo de sensaciones se llega, cuando se trata de evaluar las consecuencias que el impostergable cambio representa para la Sociedad…

  La Urbanización en comento no escapa a esto. En ella habitan personas de todas las generaciones y en ella hemos experimentado cientos de diferentes motivos de celebración: conciertos, maratones, mundiales y fiestas particulares como graduaciones, matrimonios, entre otros.

  Todos hemos tenido memorables momentos en Las Mercedes y en especial los que actualmente viven o trabajan en ella; percibiéndola, entre la admiración y la perturbación, con intensas transformaciones difíciles de asimilar. Más de 400.000 M2 brutos de construcción desarrollándose; estaciones de Metro, hoteles, viviendas multifamiliares y así un movimiento quizás sólo comparable a cuando se estaba edificando. Somos protagonistas de una renovación de las Mercedes que viviremos los próximos 50 años

  Mientras se aprueban nuevas densidades, aumenta el valor del metro cuadrado en éste privilegiado sector y de alguna forma, tanto los promotores, como los afectados por los cambios que la expansión de la Civilización genera; deberán reflexionar que el ascenso del Hombre es inaplazablemente forzoso.

   Así las cosas un día, paseando por la Plaza Alfredo Sadel, observé a un señor que debía rondar los 80 años, caminando a su ritmo; en tanto un impasible joven ejecutivo de alguna oficina cercana, lo atropellaba a su paso. Noté dos ritmos de vida coexistiendo y protagonistas en un mismo lugar. Surgió así la sinonimia perfecta al observar las nuevas edificaciones aplastando los gustos, costumbres y formas de vida de personas imposibilitadas de sobrellevar el avasallante devenir del Progreso y la novedad impaciente por imponer su visión.

   Por ello recomendamos que comprensibles posiciones protectoras del pasado que nos trajo hasta aquí, deben velar con dignidad por no caer en la aridez del olvido; en tanto se entiende que el impulso del Desarrollo, contemple un proceso de modernización y conversión esencial para mejorar, sin insensibilizarse; pues la finalidad es equilibrar en el entorno urbano, las distintas visiones cronológicas de la Historia de nuestra Arquitectura Contemporánea.

    Institutos de protección al patrimonio cultural realizan sus funciones de análisis del contexto urbano, con el objeto de decretar cuáles edificaciones no pueden demolerse o refaccionarse; para que permanezcan como testimonios perennes de nuestro pasado, mismo que nos da la identidad que nos conforma como Nación y permite que las generaciones futuras puedan experimentar físicamente como vivían sus ancestros, aprendiendo de ello y rindiendo homenaje a sus aportes. Alguna vez las visiones que hoy son el impulso del futuro, también serán para nuevos promotores y arquitectos las anclas del pasado y en éste sentido honrar constantemente éste ciclo contribuye a construir una sociedad de tolerancia.

    Efectivamente que el Progreso, la Rentabilidad y la Ambición pueden ser elementos subyugantes vistos de forma independiente, pero que unidos son lapidarios e inclementes al extremo de doblegar e incluso abusar de las personas que, por distintas razones, no pueden adaptarse a los cambios. Es allí donde las autoridades e incluso organizaciones no gubernamentales pueden exponer criterios técnicos, sociológicos y arquitectónicos efectivos y pragmáticos, con la finalidad de equilibrar las diferencias que surgen.

El aumento de densidad decretado por las autoridades para responder a la expansión demográfica; la subsecuente construcción de mayores áreas netas vendibles y el reclamo urbano por espacios apetecibles en razón del valor que representan en las costumbres de vida de los ciudadanos; genera una combinación de elementos tan poderosos, como peligrosos; por lo cual, los ciudadanos y las autoridades contraloras deben estar alertas ante los excesos que pudieran surgir, sin que por ello se condene o pretenda suspender la expansión urbana.

Arquitectos, ingenieros, abogados y urbanistas principalmente; deben aportar sus conocimientos sin extremismos, resolviendo constantemente esta disyuntiva que jamás cesará mientras respiremos sobre la Tierra, pero que conforma una circunstancia de convivencia y preservación de importancia suma, para las condiciones y calidad de vida de la Humanidad.

No sólo es en las Mercedes; es en el Planeta Tierra que éste debate nunca culminará. Es la yuxtaposición del pasado, el presente y el futuro… Tres perspectivas espacio-temporales, relativizadas desde millones de intereses humanos.

Observemos un vídeo que acelera imágenes de la evolución social y que por segundos muestra nuestros avances. El pasado se convierte por nanosegundos en presente; mismo que de inmediato pasa a ser el pasado de un presente que jamás será estático (aunque lo quisiéramos), por la promesa de un futuro que nunca tendrá la forma definitiva que individualmente anhelamos.

En ese suceder nada es uniforme; la convivencia, la inconformidad de unos y la plenitud de otros; la transformación y la mutabilidad son las constantes. Debemos aceptarlo y conciliar con Dios, pues la Creación no puede atropellarnos; pero tampoco detenerse por la renuencia a la renovación.

Las Mercedes es un ejemplo vivo; es un valioso suceso desde el que podemos aprender mucho para organizar el crecimiento de las áreas centrales de los estados del País; pues en ningún lugar actualmente se están construyendo tantos metros cuadrados en un espacio tan pequeño afectando servicios públicos, circulación vehicular y peatonal, seguridad, tránsito pesado, vialidad, diseño de aceras y áreas públicas, estacionamientos y balance entre lo comercial, corporativo, residencial, educacional, de salubridad y hospedaje.


Con sindéresis el pasado conciliará con el futuro, formando un presente de armonía y la experiencia funcionará para otras áreas de Venezuela. 

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