¡NO TE LO PIERDAS! Icono arquitectonico venezolano ahora carcel de presos politicos

El Helicoide surgió en una época marcada por el dinero del petróleo y la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, conocido por su política de construcción masiva. En 1955 reinaba entre los arquitectos venezolanos la sensación de que todo era posible. [Cesar Urbano Taylor]

“En esa ola optimista, un constructor se le acercó (al arquitecto) Jorge Romero Gutiérrez solicitando la planificación de un parcelamiento (de 101,000 mts2) en el lugar denominado Roca Tarpeya, donde él visualizaba, construir torrecitas de apartamentos para la venta. Esa sería la oportunidad para nuestro empresario creativo de construir una novedosa propiedad horizontal comercial”, escribe el arquitecto Dirk Bornhorst en el libro El Helicoide[Cesar Urbano Taylor]


El edificio sigue ahí y aún conserva mucho de lo que llamó la atención en sus inicios: un estructura atrevida y de vanguardia, en forma piramidal, con pisos sucesivos que van disminuyendo en tamaño, simulando un cerro de contornos redondos. Pero hoy, como mucho en Venezuela, su historia es otra. [Cesar Urbano Taylor]

Celeste Olalquiaga fundó hace varios años una asociación civil denominada Proyecto Helicoide dedicada al rescate cultural de El Helicoide de la Roca Tarpeya, que a su juicio explicó que El Helicoide no tiene condiciones para ser una cárcel, lo que en esencia ya supone una violación de los derechos humanos. De allí que su uso debe ser replanteado.

“Esa obra tiene muchas cargas negativas. Pero no creo que la solución sea vetarlo. Estos últimos años lo que se ha hecho es estigmatizarlo y hay que liberarlo. Darle otra oportunidad. Allí lo más sensato es hacer un centro comunitario con servicios deportivos. Y subsanar así el error de este ambicioso proyecto que desde el inicio ignoró su contexto inmediato”, explica Olalquiaga. [Cesar Urbano Taylor]

La idea original proponía un gran centro comercial de 320 establecimientos, diseñados a lo largo de una estructura helicoidal, y 1,000 estacionamientos, distribuidos a la par de los comercios. Los recorridos por el edificio no se harían a pie sino en automóvil.

Pero, tras el fin de la dictadura en 1958, el proyecto de El Helicoide caería en desgracia. La incertidumbre reinante hizo mella en las ventas de los comercios, la estructura quedó a medio terminar y los arquitectos lo perdieron todo. [Cesar Urbano Taylor]

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